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Mostrando entradas de abril, 2009

Mamá

Cuando estemos viejos

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Cuando estemos viejos Y se nos achique el paisaje en los ojos Y el sol del invierno se nos ponga flojo Y nos cachetee la cara al espejo Cuando estemos viejos Y tiemblen mis manos al tomar las tuyas Y nos falte el llanto, la risa y la buya de estos Tres diablillos que ya estarán lejos. Cuando estemos viejos Cuando estemos solos Cuando no haya nada, y nos duela todo Cuando solo exista la casa vacía Y anden en silencio tu sombra y la mía Nos querremos tanto que nuestro cariño Llenará la ausencia de esos tres diablillos (en la casa resonaran las dulces risas, los tiernos gritos de aquellos ángeles que Dios nos dio Los recuerdos se volverán suspiros y llenos de paz Seguiremos enamorados) Cuando estemos viejos Yo te lo prometo compañera mía Serán nuestros años plenos de dulzura Serán nuestras horas llenas de poesía Andaremos juntos viejitos inquietos Las cuatro estaciones de un mundo de nietos Y veras mi vida que miente el espejo Pues seremos novios cuando estemos viejos pues seremos novio

Por Favor, Dios mío... ¡Sólo tengo 17 años!

El día de mi muerte, fue tan común como cualquier día de mis estudios escolares. Hubiera sido mejor que me hubiera regresado como siempre en el autobús, pero me molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa. Recuerdo la mentira que le conté a mamá, para que me prestara su automóvil; entre los muchos ruegos y suplicas, dije que todos mis amigos manejaban y que consideraría como un favor especial si me lo prestaba. Cuando sonó la campana de las 2:30 de la tarde para salir de clases, tiré los libros al pupitre porque estaría libre hasta el otro día a la 8:40 de la mañana; corrí eufórico al estacionamiento a recoger el auto, pensando sólo en que iba a manejarlo a su antojo. ¿Cómo sucedió el accidente? Esto no importa. Iba corriendo con exceso de velocidad, me sentía libre y gozoso, disfrutando el correr del auto. Lo último que recuerdo es que rebasé a una anciana, pues me desesperó su forma tan lenta de manejar. Oí el ensordecedor ruido del choque y sentí un tremendo sacudimiento... Vol